La historia de Xabier Salgado

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    Núria
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    Xabier Salgado nos cuenta su experiencia con el voluntariado:

    La verdadera fuerza del cambio de realidades injustas es el trabajo de voluntarios y voluntarias que intentan construir una sociedad más fraterna y más justa.

    Ser voluntario forma parte de mi identidad personal, es algo indisociable en mi yo actual y que viene siendo así desde gran parte de mi vida. Si tengo que buscar el origen de mi dimensión voluntaria, sin ningún tipo de dudas, tengo que referirme a mi educación y a mi formación, por lo tanto a mi familia y a la escuela.
    Vivir en un ambiente familiar donde mis padres siempre dieron más importancia al ser que al tener, a la honradez que al engaño y a la tenacidad ante la apatía abonó un terreno que posteriormente fue trabajándose durante mi época escolar donde, aparte de conocimientos, se nos fue presentando el pensamiento crítico, el idealismo y fomentando el desarrollo de valores como el servicio, el compromiso y la implicación como ciudadanos para intentar cambiar aquello que no funcionase.
    En mí fue fundamental la educación en valores cristiana que recibí durante la época escolar donde, con el tiempo, fui descubriendo que ser cristiano significaba mucho más que practicar una serie de ritos y que de poco o nada servían si no iban acompañados con un compromiso personal con la participación social y con el ideal de crear un mundo, un entorno más ecuánime y justo.
    Desde el final de mi época escolar hasta hoy en día he estado participando de distintos movimientos, organizaciones estudiantiles, sindicales, partidos políticos … porque no puedo entender mi vida como gallego si no me comprometo con mi tierra y mi lengua, no puedo entender mi dimensión como trabajador si no me implico para que exista un verdadero derecho al empleo y unas condiciones laborales más justas y no puedo entender mi vida como cristiano si no trabajo por la justicia social y por la promoción y dignidad de aquellos que menos oportunidades tienen.
    Por último quiero destacar lo que entiendo que es la verdadera fuerza del cambio de realidades injustas y esto es el trabajo y los ideales aportados por todos y cada uno de los compañeros voluntarios que trabajan en el sueño de intentar construir una sociedad más fraterna y más justa.
    A todos vosotros, compañeros conocidos y desconocidos:
    «A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota».
    «Una pulga no puede picar a una locomotora pero puede llenar de ronchas al maquinista».

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