El 26 de diciembre de 2017, La Vanguardia publicaba que la consultora Gartner, líder mundial en tecnologías de la información, pronosticaba que en el 2022 el público occidental consumiría más noticias falsas que verdaderas.
“Las fake news (noticias falsas) siempre han existido”. Esta simple frase, a mi parecer, tiene la intención de rebajar, dulcificar, normalizar la mentira y la falsedad.
El hecho de que en la humanidad haya existido siempre la mentira o falsedad no exime de su responsabilidad al creador, emisor y replicador y todo ello se ve agravado por la facilidad de comunicación, velocidad de circulación y capacidad de amplificación de las nuevas tecnologías, las redes sociales de internet.
Pero no caigamos ahora en el error de culpabilizar a la tecnología. Esta es solo un medio, como durante muchos años fue la palabra oral y posteriormente la imprenta. Siempre detrás de la noticia falsa, del bulo, hay un ser humano, una organización, un ente que se beneficia o lucra de todo ello.
¿Qué hacer entonces frente a esta avalancha de noticias falsas que confunden al confiado consumidor de la información? Destaco 3 elementos fundamentales para luchar contra la desinformación:
- Etica y moralidad del emisor, replicador. Para muchos humanos esto es un deber y una línea roja que no hay que atravesar, pero es obvio que en la situación actual no es suficiente confiar en esta solución. Aunque en mi opinión deberíamos insistir y profundizar en la enseñanza a todos los niveles de la Filosofia y sus clásicos.
- Control. Otros abogarán por el control de los medios y canales de distribución de las noticias. Aquí el riesgo de que el “Poder” vigente en cada momento desee utilizar el control para imponer un tipo de pensamiento o censura, es evidente. Solo debemos recordar casos recientes en que algunos países tomaron como primera decisión el limitar el acceso a las redes sociales e internet ante movimientos contestatarios sociales.
- Verificación. Este es el sistema que el mundo occidental ha ido desarrollando, creando las “agencias de verificación” especializadas en la comprobación de la veracidad de la noticia. Para la validación de esta labor existen unos estándares internacionales controlados por la “International Fact Checking Network” (IFCN) creada en 2015, y que deberán cumplir las empresas que deseen formar parte del grupo de supervisión internacional. Su código deontológico de buenas prácticas, tiene como puntos fuertes entre otros:
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- Transparencia de las fuentes
- Independencia y equidad
- Financiación supervisable.
En España existen tres sociedades que forman parte de la IFCN que son: Maldita.es, EFE Verifica y Newtral. Existen otras que no formando parte de la IFCN también realizan un trabajo encomiable como #Saludsinbulos.
Pero todo ello no es suficiente si el confiado consumidor de noticias no colabora despojándose de su capa de ”confiado” y pasando de una actitud receptiva-pasiva a la posición receptora-activa en el análisis de todo aquello que recibe con una mirada crítica-analítica, comprobando o consultando a las agencias comentadas anteriormente en los casos de duda antes del re-envío masivo a todos sus contactos de las informaciones que recibe.
No perdáis nunca la ambición de saber.
Jesús Yustos (ingeniero jubilado voluntario en Fundación Esplai).
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