Los temas del medio ambiente y del cambio climático desde hace muchos años están en los medios de comunicación ocupando espacios de primera página y entre ellos destaca el automóvil como causante de muchos de los males que nos aquejan.
Pero, ¿es solo el automóvil? Creo que con el coche hemos querido resumir todo aquello que utiliza motores de combustión interna, como camiones, autobuses, trenes, maquinaria de obras, barcos, maquinaria agrícola y un largo etcétera. Todos ellos tienen en común un tipo de motor que utiliza combustibles derivados del petróleo. Aquí es donde radica el problema en el combustible no en el tipo de vehículo, por ello la UE ha introducido una modificación en la prohibición de fabricación y comercialización de vehículos de motor a partir de 2035 permitiendo los que utilicen combustibles sintéticos.
A la espera de esos nuevos combustibles, la promoción del vehículo eléctrico a través de todos los medios es realmente potente pero deberíamos tener en cuenta la balanza medio ambiental (la huella que deja la utilización de un producto desde su concepción y diseño hasta su achatarramiento).
En la comparación del vehículo tradicional con el vehículo eléctrico no está nada claro, según diferentes expertos consultados, que la balanza esté a favor del vehículo eléctrico, motivado por su componente principal: las baterías.
Realicemos un rápido estudio:
Algunos datos:
- Peso de las baterías: de160 a 600 Kg. (depende del modelo vehículo)
- Vida de la batería: estimado por los fabricantes 3.000 ciclos de carga- descarga, dependiendo del uso tendremos su duración en tiempo.
- Número de vehículos en España: nos dice Sergio Amadoz el 17/03/2022 en el diario El País que a 31/12/2021 teníamos más de 32 millones de automóviles.
Algunos cálculos:
- Peso medio baterías: (160+600) / 2= 380Kg.
- Número vehículos eléctricos: solo 1 de cada 100 = 320.000 vehículos
- Peso total de baterías no útiles: 380 Kg. x 320.000 = 121.000.000 Kg.
Vemos pues que con un cálculo aproximado y estimado al final del ciclo de vida de las baterías tendríamos 121.000 toneladas de residuos de baterías.
No es objetivo de este artículo crear alarmismo, pero sí concienciar de que tal vez la solución de un problema lleve aparejada la creación de otro, porque siguiendo con los datos de El País:
- Vehículos en los países de la Unión Europea más de 282 millones
- Vehículos en carretera en el mundo más de 1.400 millones
Invito al lector/a a realizar las estimaciones que considere oportunas pero le advierto que los millones de toneladas pueden ser aplastantes.
Otros aspectos a tener en cuenta en la sustitución del vehículo tradicional por un vehículo de tracción eléctrica son:
¿Cómo obtendremos la energia eléctrica necesaria para alimentar a millones de baterías?
Dado que siguiendo nuestro planteamiento de cuidado del medio ambiente las fuentes de creación de energía deberán ser totalmente “limpias” y actualmente solo existen dos: la eólica y la solar, ¿tenemos suficiente capacidad de generación instalada?
Tipos de cargadores e instalación.
En la actualidad la autonomía de las baterías es limitada y solo en casos muy concretos supera los 500 Km, por lo que la recarga rápida es obligada según uso. La utilización particular en recorridos cortos posibilita la utilización de cargadores de menor potencia pero en contrapartida alargando el tiempo de recarga que para aprovechar tarifas más reducidas deberá ser nocturna.
Las recargas rápidas obligan, por lo general, a la utilización de cargadores de tensión de 400 V (trifásicos) con potencias que oscilan entre los 20 y 45kW. Este condicionante añade una dificultad para las instalaciones comunitarias (edificios residenciales, de oficinas, aparcamientos comunitarios, etc.) pues en muchos casos la instalación trifásica no existe, o no tiene la capacidad para soportar las potencias necesarias para satisfacer la demanda de la comunidad.
Finalmente, una petición: que nadie entienda este artículo como “negacionista”. Solo he pretendido explicar lo más claramente posible otros aspectos que tienen influencia en las decisiones que hoy tomamos y que precisan de un debate abierto y sincero pues su influencia en nuestro futuro es demasiado importante para dejarla en manos de intereses económicos.
«No pierdas nunca la ambición de saber».
Jesús Yustos (ingeniero jubilado voluntario en Fundación Esplai).
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